jueves, 21 de abril de 2016

Jaimito Iglesias en su hábitat

Pablo Iglesias gana tocando todos los palos. Como un macarra profesional.

Él y su partido viven de la prensa, hagan lo que hagan, y lo saben. Por ello se permiten hacer alardes a diario ante ella, pues saben que siempre serán portada; la prensa busca desesperadamente titulares. En esto tiene razón Iglesias. Cómo la ha calado.

Y, hoy, en la Universidad, su hábitat, desinhibido, Iglesias ha recordado sus tiempos de libertad de enseñanza, donde se ganó el mote de "elhijoputa" suspendiendo por razones ideológicas, y se ha desmelenado: dónde mejor que en la Universidad, que es una corrala de befa y mofa, y haciendo escarnio a cuenta de un periodista y de una conversación privada con él. Repugnante.
Jugando con un derecho constitucional como es el de la información. Marcando territorio. Como un macarra que no quiere que le alboroten sus putas.
El público asistente al acto, por puesto, encantado, entregado. Burlarse de la prensa de papel sienta muy bien a la muchachada nui, que sólo lee digitales. O está en redes. Son los clientes ideales del macarrismo de Iglesias.

Pero esta vez, el gremio de las suripantas  ha dicho que hasta aquí llegaron las aguas, y algunos y algunas se han levantado y lo han plantado.

El problema es que en vez de hacerlo de un modo coherente, sindical y hasta sindicado (dejando de informar sobre este partido, haciendo un boicot coordinado durante la precampaña) la espantá ha sido un puro brindis al sol. Mañana volverá la prensa a hacerle, como cada día, la campaña a Podemos; esta tarde-noche la propia noticia puntuaba ya en el casillero de Iglesias. Que hablen, aunque sea para mal...

No hay periódico, en todo el arco ideológico, que no le otorgue a Podemos mucho más espacio del que le corresponde por sus 69 diputados. Es el  niño mimado de la prensa. Y el niño mimado hace jaimitadas, como era de esperar.

De eso viven, de la sobrerepresentación. Y de la sobreactuación. De sus jaimitadas. De sus macarradas.


Por encima de la refriega

Albert Rivera, en vísperas de ir a ver al rey, ha sido el más valiente y el más al quite. Viene a decir: procede encarar los hechos, que reflejan la historia de un fracaso negociador flagrante. No lo hemos sabido hacer mejor, los vetos cruzados se han impuesto, demos los Grandes Líderes un paso al lado...
Que venga pues un independiente de consenso (a montar un gobierno a palos).
Aquí.

Su propuesta es que los líderes de los tres partidos constitucionalistas encajen en carne propia la incapacidad de investir a un gobierno y se pongan de acuerdo en que un gabinete de concentración encabezado por un independiente y formado con gentes y técnicos del espectro PP PSOE y C's . Un proyecto que fuera conllevable por un número suficiente de diputados, en primera o segunda vuelta, en torno a un programa de mínimos, asuntos corrientitos y una legislatura corta para reformar la Constitución pero sólo en lo que sea de consenso.  Luego, referéndum de la reconciliación. Y Cataluña ante su dilema: aprobar o no la nueva Constitución.
 Y en un par de años nuevas elecciones.

Lástima no haber coronado la brillante propuesta con una lista abierta de algunos nombres au-dessus de la mêlée.

A ver si el Borbón recoge el guante, y mete el gol  a puerta vacía gracias a la asistencia de oro que le ha brindado hoy Rivera. Dos palabras suyas bastarían: un nombre y un apellido de consenso, un "formador" de gobierno.
Y a ver el guapo que le afea al rey ese nombre.

Los partidos se tendrían que morder la lengua al ver la enorme aceptación que la iniciativa tendría entre la ciudadanía.

Pero ya han salido raudos los voceros del PP y PSOE ha abuchear la propuesta. Hablan de tecnocracia peyorativamente, de "mariomontismo": cuando eso es más bien un piropo. O de que Rivera sea el primero en retirarse, a ver si tiene valor.
Y es que han entendido que Rivera no sólo ha dado en la diana, sino que ese gobierno de independientes sería una gobierno con la filosofía de Ciudadanos,  de centro, reformista, europeísta, y la mejor plataforma de los naranjas de cara a la siguientes elecciones.

Sólo Podemos ha sabido leer la propuesta de Rivera entendiendo que hoy que toca darla por buena: la idea es válida, alegan, pero no a lo Monti: el formador ha de ser aceptable también por parte de ellos. No son tontos ni nada. Y cómo se agarran al terreno.





En plan malayo

A Ibarretxe, hace un par de lustros, cuando llevó su plan puertorriqueño al Congreso,  se le vino a decir que "sin violencia se puede hablar de todo". Y eso que en dichos tiempos la ETA ejercía la violencia a pleno régimen.
Y con esa violencia arreciando se habló de todo.  Pero el proyecto naufragó en la tribuna y en la votación; y ello marcó un punto de inflexión hacia la sensatez en el PNV, que duró unos años.

Hace dos, una propuesta de referéndum unilateral, bajo forma de suspensión temporal de un precepto de la Constitución, se paseó por el Congreso, en plan La Cubana, con una actuación estelar e inolvidable de Marta Rovira, colideresa de ERC. Pero el sentido común esta vez no prosperó desde entonces hasta acá. Esa votación y debate fueron a todas luces insuficientes. Y la función continuó con sus faroles, con consulta fantasma incluida y una elecciones plebiscitarias que aún colean, todo al margen de la ley.

Ayer, por fin, Rajoy le regaló en Moncloa un Quijote, segunda parte, a Puigdemont, el líder de los independentistas. Dos años tarde. En el descuento de la segunda parte.
Al rebelde hay que regalarle libros, una y otra vez, y llevarlo a votaciones que sólo pueda perder. Tantas veces como haga falta. Un debate sobre el tema catalán cada tres meses en el Congreso habría sido muy oportuno. Muy aburrido, pero muy oportuno.
La bota o gota malaya democrática.
La soberanía nacional compartida se merecía esto y más.
Ante los golpistas, la ley.  Toda la ley, pero nada más que la ley.  El aburrimiento virtuoso de la ley.


Prensa viciosa

El otro día en el Congreso hubo 131 votos a favor y 219 en contra de una investidura, de "la" investidura, pues no ha habido más que ésa: "Sánchez y Rivera salen reforzados" titularon algunos medios para pasmo de algunos corresponsales extranjeros, que no entienden las sutilezas de la política española.

La culpa la tiene Rajoy. De todo, la culpa la tiene Rajoy en España desde hace varios años.

El círculo vicioso de una prensa viciosa que, jaleando lo desatinado de los actores políticos, no hace sino retroalimentar ese dinámica: esperpentizar la realidad sólo contribuirá a que más dura sea la caída.

Como las encuestas que vaticinan la (dulce) caída libre de Podemos (sin contar nunca que con el millón de votos de IU, Podemos sería la segunda fuerza política en España y la primera de la izquierda, secuestrándola de facto); o que siguen publicando que los líderes más valorados son Garzón y Rivera (antes eran Duran Lleida y Rosa Díez) y Rajoy el líder más detestado: con 123 diputados y expectativas de alcanzar los 130 sin despeinarse.





El secretario constante

Declara  en juicio el secretario de las infantas y dice que a pesar de ser el tesorero no sabía nada de nada de Noos. Que él estaba de escudero y pararrayos de las infantas, pero sin enterarse de nada.
Aquí.

Nada que añadir, señoría.