jueves, 22 de marzo de 2018

El nuevo separatismo embozado

Y enfrente cien unionistas, cien aunadores.


Aquí   o  (con reproche de tardanza) aquí  en VO.



Y aquí en tradu exprés:


"Somos ciudadanos de opiniones diferentes y, muy a menudo, opuestas pero que hemos coincidido en expresar, al margen de los acontecimientos actuales, nuestra preocupación por el auge del islamismo. No son nuestras afinidades las que nos unen sino el sentimiento de que un peligro amenaza la libertad en general y no sólo la libertad de pensar. Lo que hoy nos une es más fundamental que lo que, sin duda, nos separará mañana.

El nuevo totalitarismo islamista pretende ganar terreno por todos los medios y pasar por víctima de la intolerancia. Se pudo observar esta estrategia hace algunas semanas cuando el sindicato de maestros SUD Éducation 93 ofreció un curso de formación que incluía talleres sobre el "racismo de Estado" prohibido a los "blanco.a.s" [sic]. Algunos de sus animadores eran miembros o partidarios del "Colectivo contra la islamofobia en Francia" y del "Partido de los Indígenas de la República". Ejemplos de este tipo se han multiplicado recientemente. Así, se no ha dicho, por ejemplo, que la mejor manera de combatir el racismo sería separar las "razas". Si esta idea nos choca es porque somos republicanos.

Oímos también  decir que, puesto que las religiones en Francia son pisoteadas por un laicismo "instrumentalizado", debemos dar a la religión minoritaria, es decir, al Islam, un acomodo especial para que deje de ser humillada. La misma idea persiste: parece que cubriendo con un velo a las mujeres éstas se protegerían de los hombres, y que situarse aparte les permitiría liberarse.

El punto común de estas proclamas es pensar que la única manera de defender a los "dominados" (no es nuestro el término sino el de SUD Éducation 93) sería separarlos de los demás y concederles privilegios.

No hace mucho tiempo, en la República de Sudáfrica el apartheid reinaba; basándose en la segregación de los negros, pretendía justificarse creando para éstos unos "Bantustanes" en los que se les concedía una falsa autonomía. Afortunadamente, tal sistema desapareció.

Y resulta que hoy se propone en Francia un nuevo tipo de apartheid, una segregación inversa en la que los "dominados" preservarían su dignidad protegiéndose de los "dominantes".

Pero entonces, ¿significa eso que una mujer que se quita el velo y que a cara descubierta sale a la calle se convertiría en una presa "normal"? ¿Significa esto que una "raza" que se relaciona con los demás se vería humillada? ¿Significa esto que una religión que acepta ser una más entre otras perdería su dignidad?

Y los musulmanes franceses, o  de la cultura musulmana sin ser creyentes, que aman la democracia y quieren vivir con todos, ¿acaso planea el islamismo separarlos a ellos también? Y las mujeres que se niegan a ser encerradas, ¿quién decidirá por ellas? Y los otros, los que aparentemente no merecen siquiera ser protegidos: ¿ los pondrán bajo llave en el campo de los "dominantes"?

Todo esto va en contra de lo que se ha hecho en Francia para garantizar la paz civil. Desde hace mucho, la unidad del país se ha basado en la indiferencia ante las particularidades que puedan ser causa de conflicto. Lo que se llama universalismo republicano no consiste en negar los sexos, las razas o las religiones, sino en definir el espacio cívico independientemente de ellos para que nadie quede excluido. ¿Y cómo no ver que el laicismo también protege a las religiones minoritarias? Ponerlo en peligro nos expone al regreso de las guerras de religión.

Entonces, ¿de qué sirve este nuevo segregacionismo? ¿Debería permitir que sólo los llamados "dominados" salvaguarden su pureza viviendo entre ellos? ¿No es su principal propósito afirmar la secesión de la comunidad nacional,  de sus leyes y costumbres? ¿No es la expresión más flagrante de odio hacia nuestro país y hacia la democracia?

El hecho de que cada uno viva de acuerdo con la ley de su comunidad o casta y en el desprecio a la ley de los demás, de que cada uno sea juzgado sólo por los suyos, es contrario al espíritu de la República. Ésta se fundamentó en la negación de unos derechos privados aplicados a categorías específicas y exclusivas y en la abolición de los privilegios. Las mismas leyes para cada uno de nosotros, eso es lo que, en cambio, la República nos garantiza. Esto se llama simplemente Justicia.

El nuevo separatismo avanza embozado. Quiere parecer benigno, pero en realidad es el arma de la conquista política y cultural del islamismo. El islamismo quiere permanecer separado porque rechaza a los demás, incluidos a los musulmanes que no comparten su visión. El islamismo detesta la soberanía democrática porque ésta le niega toda legitimidad. El islamismo se siente humillado cuando no domina.

No ha lugar aceptarlo. Queremos vivir en un mundo completo donde ambos sexos se miren sin sentirse insultados por la presencia del otro. Queremos vivir en un mundo completo donde las mujeres no sean juzgadas inferiores por naturaleza. Queremos vivir en un mundo en el que la gente pueda convivir sin miedo. Queremos vivir en un mundo completo en que ninguna religión sea la ley".



Los firmantes por orden alfabético:

Waleed al-Husseini, escritor
Arnaud d'Aunay, pintor
Pierre Avril, académico
Vida Azimi, abogada
Isabelle Barbéris, académica
Kenza Belliard, entrenadora
Georges Bensoussan, historiador
Corinne Berron, autora
Alain Besançon, historiador
Fatiha Boudjahlat, ensayista
Michel Bouleau, abogado
Rémi Brague, filósofo
Philippe Braunstein, historiador
Stéphane Breton, cineasta, etnólogo
Claire Brière-Blanchet, periodista, ensayista
Marie-Laure Brossier,  concejal municipal
Pascal Bruckner, escritor
Eylem Can, escritor
Sylvie Catellin, semióloga
Gérard Chaliand, escritor
Patrice Champion, ex asesor ministerial
Brice Couturier, periodista
Éric Delbecque, ensayista
Chantal Delsol, filósofa
Vincent Descombes, filósofo
David Duquesne, enfermero Liberal
Luc Ferry, filósofo, ex ministro
Alain Finkielkraut, filósofo, escritor
Patrice Franceschi, escritor
Renée Fregosi, filósofa
Christian Frère, profesor
Claudine Gamba-Gontard, profesora
Jacques Gilbert, historiador de las ideas
Gilles-William Goldnadel, abogado
Monique Gosselin-Noat, académica
Gabriel Gras, biólogo
Gaël Gratet, profesor
Patrice Gueniffey, historiador
Alain Guéry, historiador
Éric Guichard, filósofo
Claude Habib, escritor, profesor
Nathalie Heinich, socióloga
Clarisse Herrenschmidt, lingüista
Philippe d'Iribarne, sociólogo
Roland Jaccard, ensayista
Jacques Jedwab, psicoanalista
Catherine Kintzler, filósofa
Bernard Kouchner, médico, humanitario, ex ministro
Bernard de La Villardière, periodista
Françoise Laborde, periodista
Alexandra Laignel-Lavastine, ensayista
Dominique Lanza, psicólogo clínico
Philippe de Lara, filósofo
Josepha Laroche, académica
Alain Laurent, ensayista, editor
Michel Le Bris, escritor
Jean-Pierre Le Goff, filósofo
Damián Le Guay, filósofo
Anne-Marie Le Pourhiet, abogada
Barbara Lefebvre, profesora
Patrick Leroux-Hugon, físico
Élisabeth Lévy, periodista
Laurent Loty, historiador de las ideas
Mohamed Louizi, ingeniero, ensayista
Jérôme Maucourant, economista
Jean-Michel Meurice, pintor, director
Juliette Minces, socióloga
Marc Nacht, psicoanalista, escritor
Morgan Navarro, ponente de opinión
Pierre Nora, historiador, editor
Robert Pépin, traductor
Céline Pina, ensayista
Yann Queffélec, escritor
Jean Queyrat, director
Philippe Raynaud, profesor de Ciencias Políticas
Robert Redeker, escritor
Pierre Rigoulot, historiador
Ivan Rioufol, periodista
Philippe San Marco, autor, ensayista
Boualem Sansal, escritor
Jean-Marie Schaeffer, filósofo
Martine Segalen, etnóloga
André Senik, profesor
Patrick Sommier, hombre de teatro
Antoine Spire, vicepresidente de Licra
Wiktor Stoczkowski, antropólogo
Véronique Tacquin, profesora, escritora
Pierre-André Taguieff, politólogo
Maxime Tandonnet, autor
Sylvain Tesson, escritor
Paul Thibaud, ensayista
Bruno Tinel, economista
Michèle Tribalat, demógrafa
Caroline Valentin, ensayista
David Vallat, autor
Éric Vanzieleghem, documentalista
Jeannine Verdès-Leroux, historiadora
Emmanuel de Waresquiel, historiador
Ibn Warraq, escritor
Yves-Charles Zarka, filósofo
Fawzia Zouari, escritora