viernes, 25 de diciembre de 2015

Este hombre

No se sabe si responde al inconsciente colectivo del que hablara Jung, pero la recurrencia de sueños en que se aparece "este hombre" es algo que no debería echarse en saco roto.
Varias son las teorías que explicarían dicha aparición onírica en tanta gente.
En política se produce algo parecido: a algunos candidatos se les "ve" cuando antes no se les veía. Albert Rivera, por ejemplo: se presentó en las elecciones generales como candidatos a la Moncloa en 2008 y nadie lo vio. Y hoy nadie recuerda eso. Es el hombre-bisagra.

El hombre que aspire a sentarse en el sillón curul monclovita habría de parecerse a "este hombre".
Hay que poder visualizarlo en el inconsciente colectivo, antes de que pueda hacerse realidad su virtualidad.
Y las encuestas (auténtico conformador de opiniones, como ya se ha comentado varias veces en este blog de campo) de los próximos días pueden contribuir no poco a ello; la pregunta: ¿Quién quiere (o cree) que ocupe/ocupará el sillón presidencial? En las respuestas hallará petróleo algún candidato.
Y no se extrañe nadie si el nombre no es el del líder del primer ni del segundo partido en escaños y votos.
Si la Democracia es el régimen de la opinión pública, el sondeo sería su profeta.

Ecos del discurso oriental

No oriental de la república del Uruguay sino del Palacio de Oriente.
El de anoche fue un discurso profundamente político en pro de la unidad del país (que no del Estado, éste no está unido o no, sino que es o no es) al dictado del Gobierno (a buena horas...), pasado por el túrmix de la Moncloa, como en la tradición british  en que las alocuciones regias son visadas, cuando no redactas, por Downing Street.
No sé si corresponde a la representación representativa que es la monarquía parlamentaria el forzar los límites del protocolo real, por muy moderador y arbitral que sea la función que en la Constitución se le atribuye.
El rey sería también lo sería de un gobierno de Podemos (e igual lo será en unas semanas). Y hasta el rey legitimador de una Generalitat en plena desconexión, hasta el minuto menos uno de dicha desconexión, tanto si se hace por la buenas como por las malas.


Predicó Felipe rey la unidad de España, 16 menciones a la unidad en menos de trece minutos. Una sola mención a la desigualdad y ninguna a la corrupción, que afecta a su familia, por cierto. "Navidad y cuñadismo", un clásico español.

La elección del Palacio Real no es inocente. Se quiso estatalizar el discurso. Un Palacio Real donde, por cierto, el último jefe del Estado que vivió en él se  llamaba Manuel Azaña.

En televisión el oropel de tapices, molduras, arañas, chimeneas varias y el metraje cuadrado palaciego tiene un punto decadente y demodé. No por imitar la pompa y circunstancia británica se va a crear afición vintage a estas alturas.
Decir como dijo el rey que el Palacio es el de todos los españoles también tiene su miga: para visitarlo hay que pasar por taquilla. Tanto nacionales, Schengenes como otros países. Sólo jubilados, estudiante y parados de larga duración tiene descuento.


Los ex terroristas del independentismo histórico

Resulta que una serie de ex asesinos y sus amigos firman un texto en favor del proceso independentista catalán y del entendimiento entre la CUP y Junts pel Sí,  y en contra de que se lleven a cabo nuevas elecciones en Cataluña en marzo, que se podrían interpretar como un nefando regreso al "auto-onanismo" españolista.
Y los medios públicos catalanes les dan cancha.
El manifiesto aprovecha la efemérides de los 30 años de la muerte de Quim Martínez, el luchador de Terra LLiure por la libertad del pueblo catalán oprimido al que le explotó (vaya mala suerte) la bomba que llevaba encima, para dejar claro que: "No es poden donar facilitats a partits d'ordre i de govern sense una voluntat clara de traspassar el punt de no retorn institucional, per tal que no s’entretinguin en l’immobilisme, perquè ara mateix la dilació qüestiona la credibilitat del camí cap a la República Catalana Independent". [No se pueden dar facilidades a partidos de orden y de gobierno sin una voluntad clara de traspasar el punto de no retorno institucional, para que no se entretengan en el inmovilismo, porque ahora mismo la dilación cuestiona la credibilidad del camino hacia la República Catalana Independiente].

Partidos de orden y de gobierno; de entretenimiento, dice,
Basta de entertainment, poca broma: nadie se interponga en el camino expedito hacia la RCI.


Los padres y abuelos de la CUP han hablado. Los viejos corsarios no están para florituras. A ver qué dicen el domingo los hijos y los nietos.