No se sabe si responde al inconsciente colectivo del que hablara Jung, pero la recurrencia de sueños en que se aparece "este hombre" es algo que no debería echarse en saco roto.
Varias son las teorías que explicarían dicha aparición onírica en tanta gente.
En política se produce algo parecido: a algunos candidatos se les "ve" cuando antes no se les veía. Albert Rivera, por ejemplo: se presentó en las elecciones generales como candidatos a la Moncloa en 2008 y nadie lo vio. Y hoy nadie recuerda eso. Es el hombre-bisagra.
El hombre que aspire a sentarse en el sillón curul monclovita habría de parecerse a "este hombre".
Hay que poder visualizarlo en el inconsciente colectivo, antes de que pueda hacerse realidad su virtualidad.
Y las encuestas (auténtico conformador de opiniones, como ya se ha comentado varias veces en este blog de campo) de los próximos días pueden contribuir no poco a ello; la pregunta: ¿Quién quiere (o cree) que ocupe/ocupará el sillón presidencial? En las respuestas hallará petróleo algún candidato.
Y no se extrañe nadie si el nombre no es el del líder del primer ni del segundo partido en escaños y votos.
Si la Democracia es el régimen de la opinión pública, el sondeo sería su profeta.