Un alto funcionario europeo que vive en Bruselas me manda esto tras los atentados:
"La probabilidad de este atentado y de los de París se habría reducido de forma importante si hubiera un servicio europeo de inteligencia y una mayor integración de policías, servicios de inteligencia, fiscalías, etc... Ahora bien, los Estados consideran que todo eso es utópico y no están dispuestos a ceder "soberanía" (para hacer morir a sus súbditos de forma soberana). Dixit Cazeneuve unos días después de los atentados de París... Incluso en el pequeño proyecto de crear una fiscalía europea para combatir los delitos que afectan a los intereses financieros de la Unión (fraude contra el presupuesto de la Unión, básicamente), los Estados miembros se han mostrado egoístas, cicateros, celosos, pusilánimes al máximo... Y buena parte de esa actitud se debe al proteccionismo corporatista de sus juristas (fiscales, jueces, etc.). Diría entones: toma del frasco. Pero siguen enfrascados en su visión cortoplacista y nacionalista... Entonces solo queda la marcha atrás, cerrar las fronteras, desmantelar Schengen, etc., y que cada uno lidie con su propio riesgo..."
Nada que añadir, señoría.
miércoles, 23 de marzo de 2016
El lenguaje derechoso
Los que rechazan pero no condenan, porque "condenar" es vocablo de derechas.
Aquí.
Otra, otra, otra...
Aquí.
Otra, otra, otra...
Payasa belga
Hay que ser belga y muy seria, como esta periodista, para poder reírse de los atentados de ayer con tanto humor negro y panache.
Ante la barbarie, el humor.
Es sabido que los payasos son gente muy seria y las primeras víctimas de los intolerantes asesinos.
Aquí.
Unos extractos traducidos de modo exprés del billete de humor de esta charline:
“ […] Y es que el terrorista carece cruelmente de clase. Estos tipos no tienen nada debajo de la cintura, nada encima, es como para preguntarse cómo se cuelgan el cinturón… será que éste se sujeta en el vacío, ese vacío que genera a su alrededor. El terrorista carece cruelmente de clase, sí. Antes, en los aeropuertos, el tipo se tomaba la molestia de subirse al avión; ahora se explota antes de subir, y así hemos pasado del “estoy en una terracita” al “estoy en el check-in”; todo se acelera, y eso que se habían reforzado las medidas de seguridad… Recordad que, después del 13 de noviembre, en Bruselas hasta los mejillones estaban cerrados [… ]. Pero eso sí, el terrorista puede ser cortés a veces: ha tenido la decencia de esperar a que tengamos formado un Gobierno en Bélgica… y ha logrado unir a valones y flamencos […] y ha tenido incluso el detalle de no explotarse en el barrio de los franceses de Bruselas y así nos hemos ahorrado el tener que escribir en nuestro Facebook: “Je suis… exiliado fiscal”. [...]No, no nos reprochéis que queramos seguir sonriendo y riendo: cuanto más cortitos sean estos tiparracos que tenemos enfrente, más larguita será la lista de nuestras chanzas a su costa; a nosotros, los belgas, nos gusta el absurdo, e incluso si a veces nuestros chistes no tienen final, seguiremos contándolos a la espera de que a estos sí les llegue el final, etc…”
Después de los atentados de Londres, los ingleses ya habían hecho en 2010 una película inteligentísima y descacharrante sobre unos yihadistas de medio pelo y medio lelos.
Aquí.
Ante la barbarie, el humor.
Es sabido que los payasos son gente muy seria y las primeras víctimas de los intolerantes asesinos.
Aquí.
Unos extractos traducidos de modo exprés del billete de humor de esta charline:
“ […] Y es que el terrorista carece cruelmente de clase. Estos tipos no tienen nada debajo de la cintura, nada encima, es como para preguntarse cómo se cuelgan el cinturón… será que éste se sujeta en el vacío, ese vacío que genera a su alrededor. El terrorista carece cruelmente de clase, sí. Antes, en los aeropuertos, el tipo se tomaba la molestia de subirse al avión; ahora se explota antes de subir, y así hemos pasado del “estoy en una terracita” al “estoy en el check-in”; todo se acelera, y eso que se habían reforzado las medidas de seguridad… Recordad que, después del 13 de noviembre, en Bruselas hasta los mejillones estaban cerrados [… ]. Pero eso sí, el terrorista puede ser cortés a veces: ha tenido la decencia de esperar a que tengamos formado un Gobierno en Bélgica… y ha logrado unir a valones y flamencos […] y ha tenido incluso el detalle de no explotarse en el barrio de los franceses de Bruselas y así nos hemos ahorrado el tener que escribir en nuestro Facebook: “Je suis… exiliado fiscal”. [...]No, no nos reprochéis que queramos seguir sonriendo y riendo: cuanto más cortitos sean estos tiparracos que tenemos enfrente, más larguita será la lista de nuestras chanzas a su costa; a nosotros, los belgas, nos gusta el absurdo, e incluso si a veces nuestros chistes no tienen final, seguiremos contándolos a la espera de que a estos sí les llegue el final, etc…”
Después de los atentados de Londres, los ingleses ya habían hecho en 2010 una película inteligentísima y descacharrante sobre unos yihadistas de medio pelo y medio lelos.
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