jueves, 26 de mayo de 2016

El cambio per se

Iván Redondo, con su calceta habitual.
Aquí.

Al margen de lo acertado de su quiniela por provincias, 1X2, acierta si duda en algo: la fascinación de una parte del electorado, inter generaciones  por el cambio por el cambio, per se, que puede catapultar a Piudemos a la segunda plaza, y desde allí, verlas venir, dejando que el PP gobierne unos años duros en precario con C's, en un esperable continuismo del agrado de Bruselas, hasta que acabe de agotarse su proyecto, mientra Europa sigue agonizando.
Pablo Iglesias y los suyos no tienen prisa. Y en la oposición vivirán muy bien y prepararán el asalto a la Moncloa para las siguientes.

En el camino, el PSOE deberá hacer su catarsis, y C's pasar por el diván del psicoanalista para entender por qué no fue lo pudo haber sido y debió ser.



Alga tóxica, taxística

Arcadi Espada sondea finamente hoy el fondo del mar del populismo local y global, y saca en su canasta el alga tóxica.
Aquí.

Yo creo que el auge de los populismos de todo pelaje en Occidente se debe (aparte de a la quiebra de los sistemas en que primaba la tradición), a la tiranía de la telebasura, que va más allá de la tele y de la basura, y que es esa alga tóxica que ya coloniza radios, periódicos digitales y redes sociales en una sociedad multimedia interconectada.
La política se ha convertido en parte del business televisivo y mediático en sus múltiples avatares.
House of Cards y Borgen son sólo dos epifenómenos de ello.

"Comunistas y socialdemócratas son  especies del pasado" dice hoy Errejón (aquí).
Y no le falta razón. Pero se queda corto: democristianos y liberales, también. Las etiquetas ideológicas pertenecen al pasado. Como la prensa en papel, ay.

La política es ya una rama del show business, y cada vez más. La sociedad del espectáculo ya ha advenido.

Al final, la sociedad española se ha politizado vía este nuevo paradigma espectacular; y, por tanto, no creo que la abstención sea la que se vaticina para el 26-J.  Más de 7 electores sobre 10 echarán la papela en la caja rajada, para luego poder ver el recuento de votos populares, como si fuera el de la Eurovisión. Emoción hasta el último segundo, con el nuevo sistema.

El populismo taxístico del "esto lo arreglaba yo en dos patadas" tenía que acabar triunfando; la prueba del nueve es la llegada de UBER, donde todos podemos ser taxistas (por cierto, pura ilegalidad y encima  pagan comisión a los amos de la web)


P.D.

El sábado en Barcelona habrá una quedada internacional de antisistemas, el nuevo turismo temático de la ciudad.