Aqui en V.O. paganini.
Aquí en tradu exprés.
"Bienvenidos donde los zombis
La proclamación por parte de Cataluña de su independencia
hace temblar a España y Europa. Hay razones para ello. El espectáculo parece la
escena de una película de terror, cuando los zombis comienzan a comerse sus
propias entrañas. La democracia española está un poco en la misma situación:
devorada desde dentro por otro movimiento democrático. Después de lo de Cataluña, todas las democracias de Europa
podrían verse dividida en una multitud de democracias más pequeñas. Pero esta
dinámica, si se extendiera, también podría volverse en contra los propios
separatistas catalanes. Pues, ¿quién sabe si, en veinte o treinta años, una
parte de Cataluña no reclamará a su vez la independencia, queriendo cortar los
puentes con el poder central de Barcelona? Después de las regiones de Cataluña,
serán tal vez las ciudades las que reclamarán su independencia, regresando así
a los primeros tiempos de la democracia griega, como en Esparta o Atenas.
Luego los distritos, los barrios de las ciudades, y quizá
hasta las calles proclamarán su independencia respecto a la calle de al lado.
Como en la Belfast de Irlanda del Norte, en donde según la calle uno está en un
barrio protestante o católico. Ya sólo quedará alcanzar el estadio último de la
democracia: cada individuo se convertirá en el jefe de su propio Estado,
persona y existencia, y podrá desfilar por su calle bajo su propia bandera,
diseñada por él mismo, cantará el himno que él mismo habrá escrito y votará
democráticamente leyes que sólo se aplicarán a su persona. Cada uno de los
siete mil millones de habitantes del planeta será el soberano absoluto de su
propia existencia. La ONU acogerá no a más de 193 Estados sino a 7 mil millones
de Estados independientes. Un individuo, un Estado. Una democracia por cada ser
humano. ¿Cabe algo mejor?
Llevemos al absurdo esta lógica separatista: los dedos de
los pies harán secesión de los dedos de las manos, porque no compartirán la
misma cultura. Luego será la oreja izquierda la que proclame su independencia
respecto de la derecha, que tiene otra manera de oír las cosas. A su vez, el
estómago organizará un referéndum para salirse del sistema digestivo en nombre
de su hecho diferencial. Y así sucesivamente hasta acabar en la mesa de autopsia
con cada órgano en su bolsita de plástico. Así acabará Europa.
La democracia es una idea que da vértigo, pues carece de
fin, como el horizonte que se aleja en cuanto queremos acercarnos a él. ¿Quién
se atreverá a decir “basta ya, aquí se detienen las reivindicaciones
democráticas”? ¿Quién tiene legitimidad para eso? Nadie, puesto que en
democracia la legitimidad sólo la tiene el pueblo.
La libertad de los pueblos a disponer de sí mismos plantea,
con todo, dos interrogantes:
1. ¿Qué es un pueblo? ¿Dónde acaba y dónde empieza un
pueblo?
2. ¿Tiene límite la
libertad de los pueblos a disponer de sí mismos? ¿Hasta dónde puede uno
secesionarse de los demás?
En el fondo, el sueño de los catalanes, ¿nos hace de verdad
soñar? Se nos machaca año tras año con
la “convivencia”, cuando en realidad preferiríamos vivir en nuestra región,
provincia, ciudad, aldea, salón, garaje, trastero. Bienvenidos a las Europa de
las Naciones. La Europa de los trasteros".
Riss, director todavía vivo de Charlie Hebdo.