viernes, 23 de febrero de 2018
Tractatus
El juez anti estrella Llarena habla en la tele asturiana sobre los rebeldes sin causa.
Aquí.
Si hasta los raperos fronterizos tienen a su disposición una amplia libertad de expresión, qué no tendrá para sí un juez del Reino.
Sobre esto y aquello puede hablar el juez.
Ahora bien: los magistrados sólo deberían hablar a través de sus autos, interlocutorias y sentencias de aquellos asuntos (de los) que conocen.
Y deberían cumplir con la sentencia de Wittgenstein: "De lo que no se puede hablar, mejor callar". ("Wovon man nicht sprechen kann, darüber muß man schweigen").
Porque el juez es como la mujer del César. Por lo menos.
Aquí.
Si hasta los raperos fronterizos tienen a su disposición una amplia libertad de expresión, qué no tendrá para sí un juez del Reino.
Sobre esto y aquello puede hablar el juez.
Ahora bien: los magistrados sólo deberían hablar a través de sus autos, interlocutorias y sentencias de aquellos asuntos (de los) que conocen.
Y deberían cumplir con la sentencia de Wittgenstein: "De lo que no se puede hablar, mejor callar". ("Wovon man nicht sprechen kann, darüber muß man schweigen").
Porque el juez es como la mujer del César. Por lo menos.
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