jueves, 24 de diciembre de 2015

Un autodefinido real

El discurso del rey.  Sin tartamudeo siquiera. Pero alguna gesticulación, de cabotin. El gesto subrayando a destiempo la palabra. Despidiéndose en cuatro lenguas. Impostación real.
Habló el rey, árbitro y moderador, por obra de la Carta Magna, de que España es un "un gran Estado" (sic): creo que es la primera vez que un monarca en democracia se refiere al país como Estado.
Pero el Estado no es grande o pequeño, sino que es o no es. Lo hay o no lo hay.
(Franco, el padrino del actual  rey, fue también Jefe de un Estado, grande, uno y dizque libre).

Predicar la unidad de España apelando a un "gran Estado". Hasta aquí han llegado las aguas, es decir las mareas. Y sus afluentes y riachuelos, que van a dar en la mar, que es el morir.
Un gran Estado. Un Estado fallido ya, para algunos. Un autodefinido.






To cup or no to cup (Arthur's head)

La CUP anda preparando lo del domingo, el ser o no ser de Artur Mas, como si  se tratara de un congreso de scouts para celebrar los 75 años de la muerte de Baden Powell, que se cumplen en unos días.
De momento han detectado a 500 cuperos o cupaires que hacen fraude, tratando de inscribirse dos veces o sin derecho a hacerlo, para poder participar doblemente en la Asamblea de tricoteuses, que se celebrará en Sabadell y no en Gerona, como se había anunciado. Es un buen comienzo. 500 cuperos, sans culottes però en samarreta y afines que quieren votar dos veces.
También se discute si la votación habrá de ser secreta o a mano alzada. Se necesita un 25% para forzar una que sea secreta. Ya fue contado en este blog que un profesor de derecho hizo votar a mano alzada si se fumaba o no en clase, y en cuanto vio que un par de manos timoratas se levantaron en contra de fumar dijo que no hacía falta proceder a la segunda votación en favor del humo. Lalinde Abadía se llamaba.
Mutatis mutandis, si un solo cupero pidiese votación secreta, ésta debería hacerse, y no solo si lo demanda el 25% de los samarreteños que hablan en català per molestar. Si este principio tan elemental de la votación secreta no se respeta, ¿qué cabe ya esperar, en términos democráticos, de los decisiones que tome la asamblea cupera? Pulgar arriba, pulgar abajo. Morituri te salutant.
Otra de las peculiaridades de la votación, un decir, del plebissssiiiiito,  es que someterán a escrutinio cuatro propuestas (lo llaman escenarios, oh Talía),  dos con Artur Mas y dos sin. Pero no se votarán juntas más que la primera vez, y luego se irá eliminando en cada ronda la moción con menos votos. Así al final solo quedará una propuesta sobre la mesa. Curioser and curioser, como decía Alicia en su País de las Maravillas. Long Live King Arthur?