lunes, 2 de mayo de 2016

Fiestas territoriales

En Cataluña prohíben los toros porque huelen a España, pero no los correbous, tan terrioriales.
Y a los activistas animalistas los cosen a golpes y casi los linchan. Que una cosa es una cosa, y la otra, otra.
Aquí.


El ejemplo canadiense

En Canadá las cosas son algo diferentes. Así, por ejemplo, gestionan el asunto de los refugiados sirios.
Aquí.

Bien es cierto que su primer ministro, un joven maestro de escuela vocacional, está respaldado por una mayoría absoluta, la de su propio partido, mayoría que la ley electoral favorece.
Dicha mayoría de casi el 40% en votos la obtuvo con un programa moderno, claro, conciso y aplicable.
Aquí.

Y logró que su partido, el liberal, prácticamente desaparecido en los anteriores comicios (ha aumentado en 150 escaños su presencia), pasara del cero y la irrelevancia casi al infinito. Con una campaña insólita.

Su política es considerada de izquierdas; en realidad, simplemente mira por el bien común de una mayoría de ciudadanos.
¡Lo dice hasta el Granma cubano! Acá.

Y de paso el independentismo de Quebec casi ha desaparecido.

Aquí algunas de las claves.

Y además esto: un vídeo en que da una reprimenda a los suyos por abuchear a un reportero pejiguero: "Hey, que en este país se respeta a los periodistas. Hacen preguntas difíciles porque es lo que tienen que hacer...".

Sana envidia.

Un país sin nieve

Cuando sólo queda la literatura para decir adiós.
Aquí.
Estos escritores jóvenes catalanes en español, que cada vez se parecen más a los que escribían en alemán en la Praga del final del imperio austrohúngaro.
Con la diferencia de que la lengua en la que escriben es mayoritaria en Cataluña.