jueves, 23 de marzo de 2017

En passant par la Lorraine

El TS, y se dijo, no ve prevaricación en Homs, solo absorción de la prevaricación por parte de la desobediencia.

Aquí la sentencia.




"[...] la Sala entiende que los hechos declarados probados sólo pueden ser sancionados como
constitutivos de un delito de desobediencia, sin que podamos acoger la fórmula
concursal sugerida por el Ministerio Fiscal. No estamos en presencia de un concurso
de delitos, sino de un concurso de normas en el que el desvalor de una de las acciones
–la desobediencia- absorbe a la otra –la prevaricación-.
En efecto, la punición del Sr. Homs como autor de un delito de prevaricación, con
fundamento en esas omisiones que permitieron el desarrollo del proceso de
participación, implicaría vulnerar el principio de proporcionalidad o, desde otra
perspectiva, desbordar la medida de culpabilidad. Y es que cada una de esas omisiones
no son sino secuencias de una desobediencia más amplia, aquella que impulsó al
acusado a menospreciar el mandato del Tribunal Constitucional. Condenar por un
delito de prevaricación, tomando como acción típica las conductas omisivas del
acusado –no paralizar las obras para acondicionar la infraestructura de seguimiento de
las votaciones, no suspender la impartición de cursos a voluntarios por el Centre de
Telecomunicaciones i TecnoLogías de la Informació (CTTI), no interrumpir la
instalación de programas en los ordenadores previamente adquiridos para su posterior
reparto en los centros escolares en los que se desarrolló la votación y, en fin, no
paralizar la campaña publicitaria y de buzoneo puesta en marcha días atrás- supondría
fragmentar artificialmente una conducta omisiva que sólo se explica por su unidad.
Las distintas omisiones no son sino manifestaciones de la contumacia del acusado, de
su resistencia a someterse al mandato del Tribunal Constitucional. Si bien se mira, la
injusticia de esas omisiones –elemento insustituible del tipo objetivo del delito de
prevaricación- sólo podría apoyarse, en su caso, en la conducta desobediente que ya ha
sido objeto de punición."


....

Es decir, ne bis in idem.
doctrina José Antonio Martín Pallín de 2006 (STS 327/2006), Sala de lo Penal del TS.

Aquí.

"[...] 2.- Ahora bien, estos mismos actos y resoluciones que, en si mismo, puede ser descalificados, son el único elemento sobre el que se puede hacer un juicio negativo de la actuación de la mayoría del Ayuntamiento. Acertadamente ha sido considerada claramente, como un acto de incumplimiento meditado y consciente de una forma abierta de desobediencia, pero no puede ser, a su vez, considerado como un acto de prevaricación ya que, con ello, se incurre en un rechazable e inadmisible "bis in idem". El mismo comportamiento, se considera constitutivo de una desobediencia cuando la decisión no ha sido totalmente arbitraria y contraria, por mero capricho, al orden jurídico, sino una decisión de incumplir una resolución judicial que solo puede merecer reproche, como constitutiva de una desobediencia".


...

Ya se puede ahorrar Sánchez-Ulled su recurso,  y concentrarse en la defensa del Reino de España cuando pasando por un puente de Lorena son sus zuecos, camino de la vecina Alsacia, llegue a Estrasburgo.






Los ayudantes

Sólo hay un ser más despreciable que el verdugo: su ayudante.
Aquí.

À bout de souffle

Ya preparan las papeletas y los sobres.
Algo pues se votará y en breve.
Aquí.

Yo pecador

Votar no es pecado, dice Ramoneda, Josep, desde su púlpito.
E insta a negociar al Gobierno con los que quieren imponer su voluntad.
Aquí.

Como si el llamar al diálogo presupusiera que quieren dialogar algo que no sea lo que quieren no dialogar.

Votar no es pecado, pero impedir que los demás voten tal vez sí, hermano Josep.

One minute

A las 9h 35, hora local, ha habido un minuto de silencio en la Cámara de los Comunes en recuerdo de las víctimas de ayer.

Un minuto.  Todos los diputados en pie y en silencio. Y nada de auto aplausos, luego. Back to business.

No los 10 o, con suerte, 20 segundos simbólicos de paripé que se estilan en España.

Un minuto es muy largo y da para pensar con calma.


Crónica de una deslealtad anunciada

El Parlament se ha vuelto a poner una vez más al margen de la ley.
Aquí.
Y los demócratas que quedan en él, en vez de ausentarse, porque la democracia no se vota, han avalado con su presencia el suma y sigue de la deslealtad institucionalizada, 64 a 62 votos.
Aquí.

El mismo día en que el Supremo ponía una de las dos mejillas.

El mismo día en que todo un Francesc de Carreras propone una mesa para hablar de lo que unos españoles quieren imponer a todos los españoles.
Aquí.

Sólo falta ya poner la cama. Y pagar el bebercio.
Todo se andará.