Rajoy pretende que la opinión pública se crea que él no sabía nada del nombramiento de su amigo Soria como director ejecutivo en el Banco Mundial; más aún, pretende hacer creer que no conocía siquiera la existencia del cargo en cuestión, y, que, por tanto, ni Soria ni Guindos le dijeron nada de nada. Que es un mero acto administrativo, sin más.
Tanta ceguera no puede ser más que una provocación por parte de Rajoy; o terceras elecciones y la voy a petar; o por lo que me queda me cago dentro y dejo a Soria bien colocado.
El punkismo de Rajoy es un síntoma más del clima irracional en el que vive España.