Las bases de Podemos han hablado telemáticamente de una manera abrumadora en favor de las preguntas retóricas que hicieron Iglesias y sus lugartenientes. Era tan esperable el resultado y tan poco el suspense que no se entiende que sea primera noticia en todas las portadas digitales españolas y que, mañana, ocupe las portadas en papel de casi todos los medios escritos.
El establishment, por alguna razón inefable de momento, sigue con su campaña sistémica en favor de Podemos. Aunque sea para criticarlo, pero siempre en portada.
Es como para empezar a sospechar a dónde van a parar los dineros recabados por los podemitas en sus vías opacas de financiación.
Pero no, ni siquiera cabe plantearlo: la prensa le hace la campaña a Podemos porque cree que lo que vende es eso: el morbo, la provocación, la degollina, el populismo. El meter miedo a la gente. El tren de la bruja.
Que 150 mil enragés voten lo que hay que votar vía Internet se la trae al pairo a todo el mundo incluidos a ellos mismos y hasta al mismo Pablo Iglesias.