Albert Rivera tras ver al rey: propugna empezar a negociar para llegar a acuerdos.
Habla de guerra fría entre los dos grandes partidos y que él es el únicos que puede desencallar la situación. Ay, ay, ay, cuidado con los echaos palante.
No apoyará a los candidatos sobre la mesa.
Constitución, economía de mercado son sus líneas rojas. Escasas.
Recuerda aquello de Groucho Marx: estos son mis principios, pero si no le gustan...
Tutea a los periodistas, que le hablan de usted.
Repite como un latiguillo "tirar adelante" aplicado a todo y a nada, que es un catalanismo, y hace algo peor: habla con truismos.
Le falta fuste y fusta (y leer a Kant), pero, ay, puede ser un mal menor...