Nadie ha negado la veracidad de los informes de la UCO.
Rajoy no parece que sea un Juppé, que aceptó inmolarse una temporada en nombre del partido, ni un Sarkozy que pagó por sus asuntos judiciales en las primarias de hace unos meses.
Nadie razonable piensa que el PP no se financió ilegalmente.
Ni siquiera los cuadros del PP más recientes y que están limpios.
¿Por qué siguen tragando?
Como nadie razonable no sabía lo que pasaba con el Pujolismo durante tantos años; hasta lo sabía su hijo y ahora, after many a summer, lo cuenta, no en sede judicial, sino en la radio. Y añade que no pone la mano en el fuego por su hermano, lo más sensato salido de una boca pujolera en muchos años.
Aquí.
