Tanto Sánchez como Rajoy son dos procrastinadores. El uno, presidente crónico, el otro jefe de la oposición mientras dure y se pueda. Se basan en sus votantes que, a pesar de todo, los votan. Casi 8 y 5 y medio millones respectivamente.
Así las cosas, no hay nada que hacer. Son ellos dos los principales problemas políticos en España.
Si sus partidos no los botan con b, tendrán que ser los ciudadanos.