Sólo cuando (y si) se toque fondo se podrá volver a boquear en superficie. En unas terceras elecciones el día de Navidad, con 5 millones de españoles en desplazamiento lejos de su colegio electoral, y dado lo farragoso del voto por correo, se podrá producir la abstención más alta de la Historia: además del 30% estructural y habitual, se podría dar otro 20%. Con un 50% de abstención o similar, cabrá visualizar el nivel de compromiso político de los españoles que aún creen en el sistema. Los sistémicos
Y se modulará un tanto lo que tal vez sea una de las peores fallas de la democracia (si no la peor): la falsa equiparación de todos los votos, cosa que desmiente el sistema electoral desde siempre, como metáfora involuntaria de algo muy políticamente incorrecto: no todos los votos deberían valer lo mismo.
Pero no por razones geográficas. hélas...