Ha finalizado el debate con el resultado esperado: 170 síes para Rajoy frente a 180 noes, y el viernes ocurrirá, salvo milagro, lo mismo.
Cabe preguntarse sobre la finalidad de un debate en el que se conoce de antemano el resultado final.
El desafecto o asqueo de los ciudadanos a los políticos sólo puede ir en aumento con estos ejercicios de pantomima parlamentaria.
El debate de hoy sólo ha servido para escenificar una frustración colectiva (y para que los independentistas se hagan un poco de propaganda gratis).
Terceras, ya.