Tras la musical y multicultural ceremonia de Río de Janeiro de anoche, capital de facto de uno de los países más mestizos del planeta, me puse unos segundos a pensar en cómo habría sido su equivalente para los tres veces fallidos JJ. OO. de Madrid 2016: ¿un canto a las 17 autonomías con coros y danzas, pelotakaris, muñeiras, joticas y sardanas, un poco de jondo, o un recuerdo a la etnia gitana y al Al Andalus, algunos correbous y los clarines del miedo para los que llevan trajes de luces?
Horreur.