sábado, 16 de julio de 2016

El islamista exprés

Por lo que se va sabiendo, el asesino de Niza, uno de tantos magrebíes nacidos a finales de siglo que emigraron a Francia a mediados de los años 2000 en busca de una salida a sus vidas, no era islamista; no era probablemente ni siquiera musulmán practicante, pues no seguía los preceptos de esa religión, cosa que martirizaba a su familia en Túnez, a la que no veía apenas. Su padre afirma: "No tenía nada que ver con la religión, no rezaba, no ayunaba, bebía alcohol, comía cerdo, incluso se drogaba".
Sin embargo, el asesino lleva años mandando dinero a su familia para que le construyan una casa en Túnez. Hizo envíos hasta hace unos días.
Según su entorno vecinal, iba bien vestido, tenía rasgos europeos (muchos ni siquiera lo veían como un magrebí; en efecto, no me extraña: basta ver su foto: conozco a muchos andaluces y manchegos y catalanes con tipo cien veces más moruno que él); una vecina recuerda que le prestó dinero amablemente y no aceptó que se lo devolviera. Era asiduo de los gimnasios, de los clubs de salsa. Le gustaba ligar. Algunos vecinos lo recuerdan como un chaval normal que pegaba patadas a la pelota en la calle, como ellos mismos en esa época de la vida en que uno no es un hombre aún.  Algunos lo describen como huraño o extraño; pero otros como perfectamente normal.
Sus problemas conyugales lo sumieron en una depresión hace un tiempo, y entre 2001 y 2004 y recibió tratamiento a causa de ello: aquí.
El psicólogo Hamouda, que lo trató en 2004, afirma que: "presentaba síntomas de un conato de psicosis. Padecía de una alteración de la realidad, del discernimiento y del comportamiento. Sufrió fracaso escolar; vivía mal su corporalidad, no se aceptaba y sentía la necesidad de muscularse. Nada en su comportamiento dejaba entrever, sin embargo, que llegara a cometer el acto que ha cometido."
Tenía antecedentes de malos tratos con su esposa, según cuentan en el entorno de ella. Pero no fue condenado severamente por esos actos. Y también se le conocían delitos menores y faltas, sin sanciones de privación de libertad.
Hace pocos meses tuvo un altercado con su camioneta de reparto y un conductor de un vehículo: agredió a éste último en la cabeza con un soporte de madera. Fue condenado a seis meses (pero sin ingresar) y a una multa. El abogado de oficio que lo defendió, el señor Delobel, afirma que: "En marzo pasado no parecía tener un problema psicológico; no parecía radicalizado. No tenía la pinta del típico "barbudo" super religioso, ni el perfil del asesino de masas. Parecía un pequeño delincuente de Derecho común, con algunos antecedentes pero de poca monta. No se mostró respetuoso con la policía o los jueces, si bien parecía sereno, despreocupado y con algo cara dura. Parecía más allá de todo, como si nada fuera con él."
Recientemente el banco le había rechazado un préstamo, lo que por lo visto le supuso un duro golpe, pues tenía que pasarle una pensión a su ex mujer, que tiene la guarda de lo tres hijos del matrimonio.

De momento no hay nada que pruebe una vinculación con el ISIS. Ni banderas, ni material, ni propaganda, ni comunicado, ni testamento, ni mensaje grabado, ni video, ni un solo Alá Akbar. Nada de nada. Ni en el camión ni en su piso.
Que el asesino hubiera leído las recomendaciones del ISIS para matar que circulan por Internet es más que probable: yo mismo las he leído media docena de veces en los últimos meses. Son los mismos consejos, por cierto, que promueven grupos fascistas y racistas o del KKK: de hecho, cualquier grupo que profesa el odio al "otro" y su eliminación aconseja cosas parecidas.
Han tenido que pasar casi 48 h para que el ISIS haya hecho una reivindicación somera del atentado y lo ha bautizado póstumamente como "soldado·; es muy extraño, pues cuando el ISIS actúa, sus reivindicaciones son inmediatas. Las autoridades francesas parece que han sido las más interesadas en establecer ese vínculo por el momento inexistente entre el asesinato de Niza y el terrorismo yihadista.
Pero según el profesor Daniel Zagury: "Entre los terrotistas identificados desde enero hay un 10% de esquizofrénicos reconocidos. Muchos yihadistas son personas desequilibradas, impulsivas, y particularmente inestables, con antecedentes judiciales y trayectorias vitales caóticas".

"Muchos".


No hace falta más, por lo visto, para clasificar al asesino de Niza en la categoría de yihadista. Y si hace falta, se le encasqueta una radicalización exprés.

Pero Francia es Francia, y el asesino de Niza era tunecino y sus padres musulmanes, como el 99% de los tunecinos.

En España, Jamal Zougam lleva años en la cárcel por un atentado que no cometió, debido a falsos testimonios de dos rumanas que viven en Madrid en un entorno de delincuencia. Zougam es marroquí, le gustaban los gimnasios, bebía alcohol y no iba a la mezquita.

La inmensa mayoría de los atentados del ISIS, en todo el mundo, tienen como víctimas a musulmanes.

La reacción en caliente al atentado por parte del Presidente Hollande fue: "Intensificaremos nuestros ataques en Siria e Irak"


Nada que añadir, señoría.