Nada es más difícil de contar que lo que está pasando: fracasa el golpe de Estado de una facción del ejército turco dizque para restaurar la democracia en Turquía; contra Erdogan, el sátrapa; parte del pueblo, si bien celebró en un primer momento la asonada, luego, cuando giró el viento, se volvió en favor de Erdogan.
Durante dos horas largas Occidente ha enmudecido a la espera de ver quién ganaba el pulso.
Turquía es candidata a la adhesión a la UE.
Nada que añadir, señoría.