Pablo Iglesias ha sido denunciado por Mariló Montero a cuenta de su pillada en Telegram, que no ha desmentido (pide disculpas, eso sí, si ha molestado...) y que, por tanto, doy por verdadera. Iglesias le dice a su cuate Monedero que a Mariló "la azotaría hasta que sangrase". Una expresión y una imagen que ni en clave irónica tiene gracia.
Aquí.
Iglesias se define en la misma conversación como "un marxista algo perverso convertido en un psicópata".
Dice Montero que Iglesias es más bien un "psicópata carismático", según le ha comentado un especialista.
Montero ha hecho santamente en denunciar al agresor verbal. Iglesias es un representante político de 6 millones de personas, el tercer partido de España, y no puede permitirse que su perversidad privada respecto de un personaje público permanezca impune.
El manto de silencio sobre el caso es despreciable.