miércoles, 18 de mayo de 2016

Hablar de todo

Puigdemont, cordero con piel de cordero, que es lo peor, es un cínico.

Aquí.

Lo peor no es que se invite a Otegi al Parlament como si fuera un Mandela, lo peor es el uso del verbo impersonal y equidistante en esta frase:

"¿No decían que en ausencia de violencia se puede hablar de todo?"

No decían... ¿quiénes? ¿Ellos? ¿Los antinacionalistas? ¿Los enemigos del terror? ¿Los amigos de la democracia?

Pensar que recibir a Otegi como un hombre de paz es algo bueno para Cataluña es retorcer el shakespereano:  "No por amar a César menos sino por amar a Roma más".

Puigdemont debería haber reflexionado en que hay cosas que no se hacen ni por amar menos a España  ni por amar más a Cataluña, sino por amar más a la verdad y, sobre todo, por un mínimo respeto a la dignidad de las víctimas.


Que el PSC no esté en el acto para dar apoyo de las víctimas ya ni sorprende: éstos no aman ni a España ni a Cataluña, ni probablemente al PSOE.