Puigdemont, cordero con piel de cordero, que es lo peor, es un cínico.
Aquí.
Lo peor no es que se invite a Otegi al Parlament como si fuera un Mandela, lo peor es el uso del verbo impersonal y equidistante en esta frase:
"¿No decían que en ausencia de violencia se puede hablar de todo?"
No decían... ¿quiénes? ¿Ellos? ¿Los antinacionalistas? ¿Los enemigos del terror? ¿Los amigos de la democracia?
Pensar que recibir a Otegi como un hombre de paz es algo bueno para Cataluña es retorcer el shakespereano: "No por amar a César menos sino por amar a Roma más".
Puigdemont debería haber reflexionado en que hay cosas que no se hacen ni por amar menos a España ni por amar más a Cataluña, sino por amar más a la verdad y, sobre todo, por un mínimo respeto a la dignidad de las víctimas.
Que el PSC no esté en el acto para dar apoyo de las víctimas ya ni sorprende: éstos no aman ni a España ni a Cataluña, ni probablemente al PSOE.