Hay algo sutil, maquiavélico, subliminalmente abyecto en ofrecer a la UE 4.500 plazas a los refugiados sirios, saltándose la cadena de mando.
Aquí.
No se trata de intentar dejar en mal lugar al Gobierno español (del que no depende el asunto, pues está a la espera de que se ponga en marcha el programa que está autosaboteando la insolidaria Bruselas), que también, sino de algo muchísimo más sibilino, soterrado, lateral: "Vean, señores de Bruselas, al Gobierno español, tan endurecido y desalmado con los sirios que huyen... Vean, vean... Si lo sabremos nosotros, que tanto hemos tenido que padecer la opresión de estas gentecillas con corazón de piedra...".
Y el corrolario ímplicito: ayúdenos a conseguir la independencia. Hablen, hablen con mi Foreign Minister Romeva, que además habla inglés very good fandango.
A fecha de hoy sigue si hacer pública la Comisión la solución al extraño caso del traductor español que se inventó media respuesta españolista de Juncker a la pregunta del eurodiputado español Santiago Fisas.
Si la Comisión no logra con todos sus medios encontrar al falsario que redacto el texto en español, una de dos: o es que no hubo falsario, o el falsario fue el que tradujo al inglés lo que apestaba a francés.
Aquí la madre del cordero Juncker, quién te ha visto y quién te beeeee...