Rivera, no contento con desdecirse de su promesa electoral de apoyar al partido más votado, fomenta la rebelión a bordo del "Bounty Génova": aquí.
Aparte de que es meterse donde le llaman, su gesto equivale a desdeñar no sólo a los militantes del PP, sino sobre todo a sus votantes, que doblan a los de su partido en número y que votaron a Mariano Rajoy Brey hace unas semanas porque les pareció la persons menos inadecuada para llevar el timón del país en estos tiempos tan feos que se avecinan.
Los que no querían saber nada de Rajoy ya dejaron de votar al PP y en gran parte se fueron a C's, como indican los estudios de traslado de votos.
Querer ahora acabar de sangrar al PP en beneficio propio no parece la actitud más democrática ni respetuosa con el sistema de partidos.
Al PP lo renovará la gente del PP, cuando y cómo considere.
C's y el PSOE han consumado una jugada que es una pinza: la del escorpión que se envenena con su propia cola: y no la que pretenden atribuir a PP y Podemos; en su giro, el uno hacia el centro izquierda y el otro hacia el centro derecha, en un pacto que no suma que 131 diputados, desairan a sus respectivos electorados: en el PSOE, sólo uno de cada tres militantes votó el pacto con C's. Y en C's ni se atreven a preguntar, pero ya lo descubrirán el 26 de junio.
C's quiso acabar con el bipartidismo, soñando secretamente con uno nuevo (C's y PSOE cortando el bacalao), pero acabará logrando un nuevo bipartidismo que ni en sus peores pesadillas soñó: PP, primer partido y Podemos-IU, segundo.
No se sabe quién arrastra a quién: si el que será Tercer partido de España (actualmente Cuarto en Cataluña: PSOE): o C's, que seguirá siendo el Cuarto en España (y es Quinto en Cataluña desde el 20-D).
Sánchez fue el cuatro candidato más votado en la Comunidad de Madrid, por detrás de Rajoy, Iglesias, Rivera.
Leer cómo lo ve Vitoria Prego, aquí. Ve como un mal menor nuevas elecciones.