El asunto del ágrafo Bódalo tiene su miga.
Aquí lo disecciona Teodoro León Gross.
En Podemos comparan al edil encarcelado con Miguel Hernández.
Ya habían comparado a los titiriteros con Dario Fo.
El problema de los podemitas es que suelen confundir el culo con las témporas, en una sobreactuación propia de los platós de la teleporquería, una frivolización que no resiste el mínimo comentario de texto.
Pero a ellos le da igual, porque como son "semiólogos" (aunque de pacotilla, pero ya les vale) el lenguaje que dominan es el idioma inflamado de las redes sociales, tan propensas ellas a la trivialización de todo lo que tocan.
La televisión se paree cada vez a una barra de bar.
Y es que, a la postre, un hombre es un voto, por pueril que sea el hombre y por trivial que sea el voto.
Camarero, una de gambitas...