(Escrito en letra pequeña, para disuadir un poco)
En este país de todos los demonios, que decía Gil de Biedma, donde los nuevos munícipes de izquierdas, unidos en frentes populares, defenestran a tutiplén de los callejeros a los literatos, por franquistas, y retiran bustos, retratos y honores a los miembros de la familia real, por borbónicos, ahora resulta que también lanzan desde las torres de los campanarios a sus hijos predilectos, "apartado comunicación", por "inadecuados".
En este país de todos los demonios, que decía Gil de Biedma, donde los nuevos munícipes de izquierdas, unidos en frentes populares, defenestran a tutiplén de los callejeros a los literatos, por franquistas, y retiran bustos, retratos y honores a los miembros de la familia real, por borbónicos, ahora resulta que también lanzan desde las torres de los campanarios a sus hijos predilectos, "apartado comunicación", por "inadecuados".
Así, en Nerva (Huelva), tierra de mineros, en el pleno del 28 de enero del corriente.
En esta
ocasión, el "inadecuado", la víctima de la "violencia de torre", ha sido el periodista Arcadi Espada, oriundo y residente en Barcelona, que hace 5 años fue merecedor de una torre de Nerva, la máxima distinción
local, apartado comunicación, “por encarnar una de las voces más claras y lúcidas dentro del periodismo español", y que ahora ve, por un artículo periodístico, unos versos satánicos que levantaron mucho revuelo entre el ayatolaje local y nacional, cómo le retiran, con cajas destempladas y como debe ser, sus honores en el antedicho pleno municipal, punto
9 del orden del día.
Lo
preocupante no es la práctica cuestionable de la neojusticia de los munícipes (pobre Montesquieu), que, a pesar
de todo, se incardina en un dictamen técnico*, en un "argumentario" muy sólidamente elaborado; ni que se decidan las cuestiones en pensamiento único por cuasi unanimidad (una sola abstención del PP, digna de mejor causa), sin leer siquiera "la" prueba de cargo (qué pereeeeesa...); ni siquiera que la defenestración del enemigo del pueblo sea savia nueva para la acendrada tradición española del lanzamiento de cabras desde campanario y otros correbous patrios; no, lo realmente preocupante son los estragos que
está causando en nuestro país, de un tiempo a esta parte, la oriunda esdrujulación del
lenguaje político y administrativo** (propio de una Dora la exploradora y su “móchila, móchila***”, vide también la entrada “Ascii extendido 196”, y el "fúturo, fúturo" del PSOE) con un claro riesgo de acabar todos, en breve, como en el chiste: "En la epoca de los apostóles los hombrés eran
barbáros, se subian a los arbolés y se comian los pajáros".
¿Qué se cómian, qué se cómian?
Pues está claro que se cómian a sus hijos
predilectos, tirándolos antes desde las torres de "los sus" pueblos.
Vuelve, Luis, vuelve, Luis Carandell, vuelve, por lo que más quieras… que aquí lo están petando; y lo mejor está por llegar.
* El debate, con el argumentario, sobre "la violencia de torre" se desarrolla desde 1h 07 minutos 39 segundos hasta 1h 25 minutos 20 segundos (unos 17 minutejos de lo más esdrujulus, spasticus & autisticus, que harán las delicias de chicos y mayores)
** Para oír y ver el momento 1h 09 minutos 26 segundos (… la Nerva "cosmopólita, cosmopólita", ciudadana del mundo... Let's go…móchila, móchila...!!!)
*** Para oír el momento "móchila, móchila", ir directamente a 1' 26''.