domingo, 21 de febrero de 2016

Encuesta de segundo domingo de Cuaresma

A Sigma Dos le ha salido por fin un encargo.
Aquí los datos comentados por Marisa Cruz.
Si damos por buenos los datos (que es mucho dar, si comparamos encuesta con resultados reales pasados) parecería, y digo bien parecería, que un pequeña porción del electorado castigaría un poco (por sus posiciones supuestamente no dialogantes) al PP y a Podemos; y recompensaría un poquito al PSOE y un muchito a C's, por su supuestas actitudes dialogantes.

Esto es un disparate: el PP es el partido que más ha pedido diálogo (en vano, bien es verdad) y el que menos vetos ha puesto: ha ofrecido gobernar con PSOE y C's y con quien sea, menos con quienes se quieren cargar el sistema. Lógico.
El PSOE, a su vez, y con los peores resultados de su historia,  que se vería gratificado con una pedrea, se ha negado en redondo a dialogar con el partido más votado, so pretexto de que el PP es corrupto, como si el PSOE no lo fuera: andan pizcas pajas en imputados e investigados. La misma mierda.
Podemos perdería 9 diputados (habría que ver en cuáles de sus avatares y emanaciones), por maximalista. Es decir que de sorpasso, nada de nada de nada.
Y C's ganaría 10 diputados... por tender manos al PP y al PSOE y sobre todo por dar presuntamente su abstención para que los dos grandes gobiernen... si pueden: raro, raro, raro... para un partido que ha medrado a base de denunciar el bipartidismo y de apuntar a una tercera vía más allá de las dos Españas.

Como no se dice el porcentaje de indecisos, ni hay datos sobre el nivel de la abstención, el estudio aporta más dudas que certezas.

La derivada de que el aumento de 10 diputados para C's bastaría para que pudiera gobernar un tándem PP-C's carece de base, vista la distorsión endémica que padece C's entre sus expectativas de voto y sus votos reales. Aparte de que un castigo de solo 3 diputados para el PP es optimista, vista la lluvia de corrupción que no cesa ni cesará.

Menos del 14% de los votantes habría cambiado el sentido de su voto, de haber sabido el empate infinito actual.
Tampoco se nos dice en qué sentido habrían cambiado su voto, pero se puede extrapolar de las pérdidas y ganancias en diputados antes mencionadas.

Es decir que la inmensa mayoría de españoles votaría al mismo partido, en una muestra de recalcitrancia digna de ser estudiada.

Ah, y la extravagancia de turno: los dos líderes mejor valorado del país son Garzón y Rivera; suman 42 diputados de lo 350. Pero bueno, no es extraño cuando otras veces los elegidos fueron Usue Barkos o Duran Lleida... Este epígrafe en la encuesta se podría eliminar para siempre de futuras demoscopias, porque arroja un manto de inverosimilitud que contamina fatalmente el resto del trabajo.

Visto lo visto, lo más razonable es plantearse cambiar el sistema electoral e ir a un sistema mayoritario. De lo contrario, la anomalía actual de ingobernabilidad se convertirá muy probablemente en algo crónico en el nuevo país del cuatripartidismo, donde las minorías periféricas centrífugas siguen teniendo la llave, con sus veintitantos diputados vasco-catalanes.

En dos palabras: gro-tesco.