Félix Ovejero, en El País, analiza, con su mente preclara, la supuesta excepción cabrera española, aquí.
El populismo podemita sería para él un potaje indigesto de todo lo peor de la primera mitad del siglo XX. Y el secesionismo... un fascisme qui cache son nom.
Mientras tanto, en Roma, perdón, en Barcelona, el jefe de los ovejeros locales, en el Congreso Mundial de Móviles y otros Cacharros, busca estrechar como sea la mano del jefe del Estado, y éste se la da, y de propina le da un discursito en catalán: "Us estimem y bla"...
Craso error crístico el querer amar a quien odia.
En todas partes cuecen faves, y es complicado siempre comparar cabreros, Ovejero; pero te digo que no veo yo a un Président de la République, un decir, estrechar la mano de un prefecto regional- hexagonal felón ni hablarle a los postres en corso, alsaciano o bretón.