Esta tarde en Barcelona Carles Puigdemont ha prometido el cargo, sin atenerse a la fórmula consuetudinaria, en presencia del ministro del Interior en funciones y de la delegada del Gobierno de España y en ausencia de Arrimadas de C's y de Albiol del PP. (Y de Jordi Pujol)
Lo de la forma de prometer tiene su aquel: el protocolo establece que la presidenta de la cámara lea el decreto de nombramiento del BOE, aparte de pronunciar la fórmula de juramento del cargo del presidente de la Generalitat. Desde la primera toma de posesión del cargo en la etapa democrática se había establecido de facto la siguiente fórmula:
"Prometeu per la vostra consciència i el vostre honor complir fidelment les obligacions del càrrec de president de la Generalitat de Catalunya amb fidelitat al rei, a la Constitució, a
l'Estatut d'Autonomia i a les institucions nacionals de Catalunya?".
Esta vez la fórmula ha sido:
"Prometeu complir lleialment les obligacions del càrrec de president de la Generalitat amb fidelitat a la voluntat del poble de Catalunya representat al Parlament?".
A esto Puigdemont ha contestado: "Sí, prometo".
Cabe preguntarse si tal forma de asunción del cargo es válida jurídicamente sin mención del marco legal vigente. El Gobierno dice que lo estudia.
El discurso de Puigdemont ha sido, como no podía ser de otra manera, victimista y reivindicativo del independentismo. Ha dicho que en Cataluña, en su memorial de agravios, que "sus lenguas" son despreciadas. (sic). [¿qué lenguas en plural? ¿catalán y aranés? ¿El español es agraviado por el Estado? Tal vez es dejado de la mano, eso sí...]
Artur Mas, a su vez, ha pronunciado su discurso de despedida agradeciendo los servicios prestados a los que le han acompañado, básicamente para hacer escarnio del decreto del BOE en que se tomaba apenas acta de su cese, sin la fórmula habitual de agradecer los servicios prestados. Zarzuela indica que se ha limitado a rubricar el texto redactado en Moncloa.
Todo la actitud del independentismo en el poder resulta impostado, escenificado, provocador y muy muy muy preparado. El mensaje irredento es claro como el agua. No es subliminal, ni alusivo, ni sutil, ni indirecto: es directo, crudo, pornográfico.
Se habla hoy, azar o no, en la prensa seria, de la nueva web porno en catalán, verdadera forma de liberación, de independencia, como reza el reportaje de El País.
Mientras tanto, en el País Vasco, el PNV que manda en el Gobierno anuncia que harán un referendum sobre un nuevo estatuto que reconozca su identidad nacional. Y resulta que esto lo anuncian hoy.