La infanta no se sale de rositas y será juzgada hasta que recaiga la sentencia final. Ha triunfado la doctrina Atuxta frente a la Botín que, como lo ha finamente analizado Enrique Gimbernat aquí, era una antigualla inaplicable a la infanta, pues los bienes contra los que habría presuntamente atentado la infanta son colectivos, difusos, metaindividuales.
En plata: Hacienda sí que somos todos; y no era pues un mero eslogan.
Es lógico que así sea, porque los buenos eslóganes son verdades como puños, y éste lo era. Verdad y puño. Y apelan al kollektive Unbeswusstes.
Y ahora que cada palo aguante su vela.
Hoy es un gran día para la Democracia, que se basa en que la ley es igual para todos. Los jueces han dicho que el botín que tiene la infanta no la asemejaba a Botín. Ya lo sabíamos, bien es cierto que de forma difusa, metaindividual, junguianamente colectiva; pero está bien que el Estado nos lo recuerde por boca de los jueces. De las juezas, para ser precisos.
Escuchen aquí una de las más bellas pavanas del mundo.