Por un momento, imaginemos que el señor Rus es inocente. De eso va la Democracia, de que a fecha de hoy lo es, mientras no se demuestre lo contrario.
Nadie en el PP ha dicho algo tan elemental. Raro, raro, raro.
Lo preocupante no es que Rus sea o no inocente jurídicamente, que ya se verá qué decidirá la Justicia; lo preocupante es que su ex Partido, si tenía sospechas de prácticas ilegales de Rus y todo su entorno, no apartara a todo el entorno que seguía en el Partido.
Lo preocupante es que la política en España se mueve solo a golpe de movimientos de los juzgados.
Merece la pena ver la filmina de las declaraciones de Rus. Lo peor no es lo que dice y cómo lo dice el tal Rus. La tribu de periodistas y la turbamulta están perfectamente a la altura.
Mientras tanto, en Palma, los jueces han decidido que la infanta no se puede beneficiar de la doctrina Botín y seguirá en el banquillo hasta que se haga justicia.
La posibilidad de que un heredero a la jefatura del Estado esté imputado es preocupante.