El ministro de Justicia apunta (oblícuamente y apelando a la creatividad) a que el rey podría convocar elecciones sin que haya habido un intento de investidura; también podría nombrar a una persona independiente con la encomienda de formar un Gobierno de independientes y tecnócratas, a lo Mario Monti en su día.
Nuevas elecciones apenas servirían para penalizar a los que los españoles consideren que no han actuado de buena fe en esta no negociaciones, en que nadie quiere pactar con nadie, salvo el PP, con el que nadie quiere pactar.
Ni Rajoy es la solución, ni PSOEDEMOS tampoco.
El comodín es Ciudadanos, pero insiste en su equidistancia, pensado en el día de ¿pasado mañana?
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