Los organizadores deberían haber dejado solo las dos opciones mayoritarias, tanto más cuanto que la diferencia entre las dos opciones minoritarias y ésta es abismal, y, además, la diferencia ente las dos opciones minoritarias era de... un solo voto. Grotesca la decisión de votar entre tres opciones.
Esto prueba, una vez más, la psicorigidez de los cuperos: es ridículo dejar pasar una tercera opción tan irrelevante en esta segunda, y tal vez última, votación.
Todo ellos distorsiona y prejuzga del resultado final, a poco que se sepa lo que es la paradoja de Condorcet.