lunes, 9 de enero de 2017

La nostalgia es un horror

Herrero de Miñón, uno de los padrecitos que quedan vivos de la Constitución, no ve tan negro el futuro político de España, y reduce el problema territorial a una cuestión de respeto a la identidad catalana, como si no se respetase dicha identidad; y propugna, sin decirlo, una suerte de "concierto-cupo" a la catalana, como el vasco-navarro, disposición adicional mediante. Y las demás autonomías, a chuparla, que diría Maradona.

Aquí.

En cuanto el periodista hurga un poco sobre el asunto catalán y el caso Pujol y sus derivadas, suelta Herrero la gran frase-avestruz de la entrevista, la única en la que dice algo de calado:

"A mí todo me resulta tan incomprensible que he decidido no pensar en ello".

De todos modos, la lectura entre líneas de la entrevista es que "ellos" lo hicieron mejor.

Sí, lo hicieron tan bien que en éstas estamos.