En Estados Unidos, los sondeadores, los analistas y los mercados están con el corazón en un puño ante la perspectiva de que gane Trump.
Si gana Clinton será sólo gracias a la suma de los votos de los delegados/compromisarios pero no a la de los votos unitarios (un hombre, un voto), gran déficit democrático, pues puede haber más americanos que votaron por Trump aunque ganara Clinton, y será muy complicado por no decir imposible que los demócratas obtengan el control Senado ( se ren ueva un tercio; y el Congreso de momento no lo tiene y no parece que vaya a tenerlo la semana que viene).
Así las cosas, su mandato nacerá cuasi muerto. Y con el director del FBI afilando su guillotina.
Para ganar, Trump debería dar la vuelta a los sondeos en 4 ó 5 grandes estados tradicionalmente demócratas, pero oscilantes, como Pensilvania u otros del Cinturón de Óxido; o bien confiar en que los hombres de esos estados incógnita que no votan voten contra la mujer.
Como la campaña se mueve en el ámbito de lo irracional, todo es posible.