"El golpe ha sido humillante para los medios de comunicación y los encuestadores", dice el NYT.
Es que no sólo no han acertado sino que no han influido como habrían querido, sobre todo.
Hoy, muchos, sumidos en su eurocentrismo, se han despertado con otra América; pero tampoco: es la misma, la otra cara de América; la cara oscura del legado de Obama.