El Parlament vuelve a convocar un referéndum en septiembre del 17, sin quórum y con ganador del 50% más uno.
Los hace por partida doble:
72 votos por las bravas; con la CUP.
73 votos pidiendo permiso de broma a Europa al mundo y a la afición en general si no es española; con CSQP.
Aquí.
Un nuevo 9-N, con urnas acartonadas y un 30 y pico por ciento de participación.
Y luego, si sale el SÍ (¿qué otra cosa puede salir?), enseguida unas elecciones con carácter constituyente (escuaterizando unas autonómicas) de un Estado catalán de cartón.
Hasta que los partidos constitucionalistas (y el PSC, que ya no sabe ni lo que es) no entiendan que la democracia no se vota, y que hay que llamar a la abstención, la duma catalana seguirá pariendo paridas a pares.
Esta realidad de papier maché a base de cola empieza a aburrir hasta a los adictos.