Sánchez (que gana enteros en la adversidad) ha estado en su alocución coherente, sobrio y directo, y sin apelar al pahos (esto es: me duele el PSOE de mi corazón, me duele mi ombligo).
Se le agradece.
Que los críticos golperos derriben a Sánchez by the book (que se dice en inglés) y dando la cara a campo abierto, o que callen (sino para siempre, un ratito).
Qué alivio oír a un socialista que discurre al menos media hora con un mínimo de solvencia: Borrell
Aquí.
Los podemitas, que no se abstuvieron cuando el pacto PSOE -C's, deberían callar también un buen rato; no caerá esa breva.
Mientras tanto, el PP, tuerto entre ciegos, engorda y engorda y engorda hasta las terceras elecciones.