Rivera y Rajoy podrían haberse abrazado, y lo habrían hecho si creyeran de veras en su pacto, que ha ido cogiendo algo de cuerpo, eso sí, conforme se acercaba la fecha de la investidura y la posibilidad de que al final C's hiciera un corte de mangas.
Aquí.
Estos nuevos pactos de Guisando (de desaguisando, de no sumando...), Rajoy dixit, persiguen sólo meter presión al PSOE (100 medidas de las 150 las firmó con C's el PSOE en el drôle de pacte).
A ver quién es el guapo... etc.
C's, que se ha comido por tres veces su NO a Rajoy, cual Pedro con el Mesías: arriesga mucho, el que más, pues puede perder dos veces seguidas una investidura; pero también demuestra ser un partido de diálogo y un partidario del centro, cosa que, a la larga, le puede reportar beneficios. Al menos, los ciudadanistas son fluidos y dialogantes, eso no se les puede negar.
Quedamos pues a la espera de la investidura y de cómo los sánchezes, iglesias, los garzones y los nacionalistas se retratan en la tribuna (o se abrazan entre bambalinas).