Análisis de Iñaki Gil acerca de la investidura sobre la base del mus, juego nacional.
Aquí.
Sin duda el mus le cuadra más a Rajoy y demás líderes que el ajedrez; la partida es a corto plazo y de faroles, cosa que en el ajedrez está mal vista.
Dicho lo cual, ni las cartas de Rajoy son tan buenas como dice Gil, ni las de los demás son tan malas.
El órdago no se ve por ninguna parte, porque el miedo a unas terceras elecciones no puede ser el único motivo para que unos y otros se meneen.
¿Quién quiere pagar el precio de apoyar por activa o por pasiva un Gobierno de un partido bajo sospecha de corrupción y con varias sentencias de Damocles sobre el testuz?
Acierta Felipe González cuando dice que el PSOE debería abstenerse y dejar investir a Rajoy (todo muy por pasiva) "aunque no se lo merece".
El problema es que el PSOE se merezca que alguien como González, quien dista tanto de ser ejemplar, tenga que ser la voz de la cordura y la sabiduría.
El mus no es un must: terceras; y no se olvide que PSOE y C's suman aún hoy más votos que el PP. Sobre todo, que no lo olviden ellos.