Si el PSOE queda tercero, se acabó Sánchez.
Pero si queda segundo, esta vez probablemente sí intentará gobernar con el apoyo de un Piudemos recrecido, y con la abstención nacionalista.
La paradoja es que a Piudemos le puede interesar más quedar tercero si quiere cogobernar.
O bien le interesa más no hacerlo y ser la oposición con café, copa y puro.