miércoles, 15 de junio de 2016

El triunfo de la voluntad de estilo

Tras años de lucha por parte del demandante, Estrasburgo, garante  máximo de los derechos humanos, ha dado la razón a Losantos, al proteger no sólo la libertad de expresión del periodista sino "su estilo", indisociable de ésta.
Aquí.
Faltando al más elemental decoro de la autorecusación ante una decisión unánime y que afectaba a su país, el único voto particular ha sido el de la juez española, para más inri nombrada por el demandado, el ex alcalde Gallardón; pero tal disenso en solitario es, a la postre, justicia poética, y en sí mismo la vergüenza que llevará aparejada para siempre esta ejemplar sentencia, la marca de agua de la infamia del sistema judicial español, tantas veces al servicio del poder (tenía razón Rivera en el debate a 4); sistema y poder a los que les han vuelto a sacar los colores en la capital de Alsacia una vez más.

Los alegres muchachos de la prensa deberían dar botes de alegría, pero aquí, de momento, nadie bota.

Por cómo se presenta en muchos medios, más bien parece que la sentencia jode.