Desde el 26-J, el partido Ciudadanos es el último partido con representación en Cataluña no sólo en escaños sino ahora también en votos, superado incluso por el PP, el del cabeza de lista del Ministro de las cloacas Fernández, un tipo cuyo ángel negro no se llamaba Marcelo sino que se apellidaba Alfonso.
Los constitucionalistas, desechado el PSC, por razones ontológicas, se han refugiado en el PP catalán, que sube en sufragio.
Del 27-S donde fueron elegidos principal partido de la oposición hasta este 26 -J, de un verano a otro, el mundo y sus gentes habrán cambiado un poco, pero no tanto. Serán ellos, los Ciudadanos, los que han cambiado. Y no para bien.