"Indiota: indio idiota", anotaba José Luis Coll en su Diccionario de Coll (prologado por Cela).
Arrancar a los hijos de su filiación y que los críe la tribu, como preconiza Anna Gabriel, es lo que intentaron algunos regímenes comunistas, en su abyección, para adoctrinar a los cachorros en la doxa y, sobre todo, evitar que, por salvar a sus padres degenerados, los hijos traicionaran los dogmas del partido.
El mundo de huérfanos colectivizados que anhela Gabriel es ése y no otro. No el de las camas redondas y el sexo libre hasta el amanecer.
Dicho lo cual, es cierto que el papel de los padres en la crianza de los hijos está muy sobrevalorado, y que son los pares, y no los padres, los que pesan más que nadie, tal como Judith Rich Harris viene demostrando desde hace lustros con sus trabajos siempre en el filo de la navaja, dando dos tazas de ciencia a los que la usan para hacer un caldo indio.