Azúa insiste en una carta al director en que no insultó a Colau comparándola con unas vendedoras de pescado o pescaderas.
Y acude, en un extraño desvío, a la lengua francesa, de la que tiene conocimientos algo someros, a pesar de su estancia juvenil en París.
No, Azúa, en francés, pescadera no es un insulto.
Ni en su forma "marchande/vendeuse de poisson", ni en la forma "poissonnière". Sólo en Astérix sale mal parada la mujer del pescadero. Pero como sale mal parado el bardo latoso...
Al contrario, más bien en francés la vendedora de pescado está melodiosamente connotada, desde los Frères Jacques.
Ici.
En cambio, no cabe duda alguna de que Azúa usó un tropo para insultar a Colau, una comparación en la cual el oficio de la que vende el género en un puesto de pescado está negativamente connotado en la lengua española. Ningún hablante puede entender la frase de Azúa de una manera que no sea peyorativa para con la alcaldesa.
Ahora bien, el colmo es que el insulto es doble, ya que Azúa también insulta a las pescaderas comparándolas con Colau, pues muchas de ellas, lógica y estadísticamente, son más listas que la alcaldesa: faut pas courir pour les trouver...
Negar el insulto es un insulto a la inteligencia.