Un líder de CDC parece haber plagiado su tesis doctoral.
En ella, le copió a un académico llamado Jaume Urgell la idea de una acción exterior de Cataluña a la manera de la del estado de Washington; lo que se llama en jerga: "representación subestatal".
Aquí.
El supuesto plagiario no se baja del burro, a pesar de la contundencia del dictamen técnico de la Universidad de Barcelona, e insiste en proseguir con su querella por injurias contra el supuesto plagiado. Considera que lo fusilado es poco cuantitativamente y que, en lo demás, como decía D'Ors, "todo lo que no es tradición es plagio": aquí.
Convendrá ver, si se confirma el plagio, qué medidas tomará el partido contra el plagiario.
A la vicepresidente Joana Ortega, que falsificó su CV, se le dio un ligero tirón de orejas por parte de CiU, pero se la confirmó en el cargo.
Oriol Junqueras, otro vice (que habla poco pero se fija mucho) también fue acusado en su día de plagio en su tesis doctoral; y nunca más se supo.
Aquí.
Y es que el plagio es considerado algo menor y casi algo positivo en nuestro país; al menos es la prueba de que alguien lee algo, aunque sea "con mala idea".
En otros países, es la mácula peor que puede arrastrar alguien: aquí el caso alemán.