sábado, 23 de abril de 2016

Los que pueden

León Gross, destaca lo que a este bloguero le parece evidente: Podemos vive de, por y para los medios de comunicación.
Aquí.
Su falsa dialéctica con la prensa forma parte de una estrategia hasta ahora exitosa: "Somos los malqueridos de los medios, porque decimos las verdades del barquero, lo que "la gente" piensa (pobre gente) y no puede expresar. Somos la voz del pueblo".

Al presentar a los medios como un elemento más al servicio de los poderes fácticos, Podemos consigue hacer verosímil ante grandes capas de la población una visión infantiloide de la realidad: todos los políticos son una casta, todos los Borbones son iguales, toda la judicatura está al servicio del poder, toda Bruselas está dominada por Merkel, y todos los yanquis, pues mejor... go home.
Para ellos, según convenga, PP y C's es lo mismo, PSOE y C's es lo mismo (o PP y PSOE es lo mismo: eso lo dijo durante meses y lo volverá a decir en cuanto pueda), etc. Todo es lo mismo menos ellos, que son "lo otro, lo diferente, lo fetén; ellos, que son los que "pueden" (modificar el estado de cosas).

Para rematar la faena, un PSOE en plena automoribundia, le dice a Podemos que el 70% de sus propuestas son compartibles; y hasta los nacionalistas radicales le bailan el agua, por aquello de el enemigo de mi enemigo es mi amigo...
No es de extrañar tampoco que IU se deje fagocitar por la moda juvenil de Podemos. Nunca estarán más cerca del poder que con los podemitas.

Podemos, gracias a los medios, está ocupando un espacio potencialmente enorme que abarca a toda la izquierda, a grandes zonas del nacionalismo y a ciertos sectores moderados pero muy deseos de cambios que, por su naturaleza, deberían ser coto privado de Ciudadanos.

El espectro por donde Podemos se desparrama es abrumador.

Sólo el predio del PP les está vedado. Lo saben y les encanta. Y el PP también.

La falta de un frente constitucionalista o de un gobierno de concentración "a palos" tutelado, como el que propugna Francesc de Carreras, puede llevar a Podemos a la Moncloa, no ésta sino la vez siguiente.