Desde luego no es una obra para horario y público infantil. Es de dos rombos, por alguna escena explícita.
Pero en lo demás, sin ser Dario Fo, es una metáfora, algo esquemática pero válida, de cómo se suicida implícitamente un Estado de derecho.
Recomendable por pedagógica.
Poco después del pistoletazo de salida, los artistas
advierten: "Respetable público, con ustedes la última obra de Títeres
desde Abajo, una obra no acta para todos los públicos, es más, yo diría que es
antipedagógica".
La bruja es el primer protagonista en aparecer en
escena. Ocupa una casa que no es suya. Es, según el guión, "una de esas
mujeres que sólo se acuestan con quien les apetece y cuando les apetece".
Aquella que no acepta "una relación como Dios manda", explican con
ironía.
EL CONFLICTO CON EL
PROPIETARIO
Don Cristóbal es el propietario del piso y allí se
presenta. Le exige dinero, pero ésta se niega a dárselo. Cuando la amenaza, le
pide más. No hay más dinero y Don Cristóbal se lamenta: "Qué asco de
pobres".
En ese momento, el propietario viola a la bruja -de
forma no explícita según explica el guión- y la deja embarazada. Ella se
defiende y acaba matándolo.
Cuando la bruja se da cuenta de que está embarazada,
se clava un cuchillo en la tripa. El bebé nace, pero a ella le asusta su
llanto. En este punto, aparece en escena una monja que intenta robarle a la
criatura. La pelea termina con la muerte de la religiosa.
LA POLICÍA CONTRA LOS OCUPAS:
APARECE LA BANDERA
Avisada del asesinato, un policía se presenta en la
casa ocupada por la bruja. La deja inconsciente y para justificar su detención
le coloca una bandera de "Alka ETA" entre los brazos. Así la
fotografía.
Suena la radio. Se informa de una operación antiterrorista
y de la detención de la bruja.
En el juicio se dicta pena de muerte para ella. Pero
la horca se atasca y cuando el juez coloca su cabeza para explicar a los
operarios cómo funciona, la bruja tira de la cuerda y asesina al magistrado.
La obra termina con una pelea monumental entre la
bruja y varios policías que intentan reducirla sin éxito.