miércoles, 13 de abril de 2016

La quemalibros

Es sencillamente alucinante el argumentario de TV3 en torno a la performance de la quema de la Constitución Española por parte de la periodista Empar Moliner, en un comunicado en que informa de que ha retirado el vídeo de la web corporativa.

Dice TV3 que la actuación de Moliner es sólo una metáfora ("una denuncia metafórica del TC") y que el ejemplar era falso ("quema simbólica de algunas páginas de un libro con unas tapas falsas que emulaban la Constitución Española").

Aquí.

Habla de "unas páginas [..] que emulaban (?¿) la Constitución Española".
Esta gente no sabe, ni por pienso, lo que quiere decir "emular".






emular
 
Del lat. aemulāre.
1. tr. Imitar las acciones de otro procurando igualarlas e incluso excederlasU. t. c. prnl. U. m. en sent. favorable.

Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Habrán querido decir "simulaba"...
En fin. Muchos periodistas de TV3  nos tienen acostumbrados a moverse siempre entre la gimnasia y la magnesia; es lo que tiene un sistema universitario tan deficiente.
Pero es que además es ridículo el argumento esgrimido por la dirección de TV3: claro que lo de Empar Moliner era "metafórico" y "simbólico", faltaría más. Si Empar Moliner hubiera quemado uno de los ejemplares originales de la Constitución, previa sustracción de la caja fuerte donde espero que estén custodiados, Moliner habría dormido entre rejas. Y si se dedica a incumplir cualquiera las leyes de dimanan de la Carta Magna, espero que el peso de la ley la tenga bien aplastadita.
De lo que se trata ahora es de saber si su gag  es o no un delito, y si lo es, si TV3 es corresponsable del mismo, por darle cabida, emitirlo y remunerarlo.
Si se mira el vídeo, además, se ve claramente que es un ejemplar de un libro de legislación bien conocido.  Pero aunque fuera un libro inexistente fabricado para la ocasión, una Constitución Española "emulada" a base de fotocopias, o folios cualesquiera, el delito de la quema, si es que lo es, sería exactamente el mismo.
El delito de quemar una bandera o un símbolo no depende de si la bandera es de tela, papel, o nylon y del matiz del pantone. Será una bandera si cumple su función "metafórica" de bandera como símbolo de un país.
Quemar, destruir libros no es ilegal, de hecho se guillotinan y se hacen pasta de papel a diario cientos de miles de ejemplares en España, dado lo poco que se lee.
Y si en otras ocasiones los tribunales han considerado que quemar la efigie del rey entraba dentro de la libertad de expresión, no es seguro que la quema de Moliner sea constitutiva de un delito, si bien la fiscalía debería interesarse, pues el libro quemado no es cualquier libro, es un símbolo del Estado, un texto acordado, suscrito y firmado por la inmensa mayoría de los ciudadanos para vivir en libertad e igualdad.

¿Puede quemarse en público la libertad de todos impunemente?

Pero si no es delito y la cremá es un uso aceptable de la libertad de expresión, entonces  Empar Moliner no debe ser castigada penalmente. De hecho su performance fue sofisticada y hasta divertida: emular a un pobre que se calienta con el fuego del libro sagrado que el Tribunal debe amparar, porque ese Tribunal anula una ley que impide cortar la calefacción a dicho pobre, tiene su aquél. Está lejos de las quemas de banderas más primarias, con pasamontañas y sonidos guturales.

Mas lo inaceptable política y moralmente es que esto ocurra en TV3, que es un ente público, pagado con el dinero de los impuestos, y cuya razón de ser y manera de operar tienen su origen en esa misma Constitución quemada, que no sólo es el texto democrático que permite que los españoles (y por tanto los catalanes) no vivan bajo la ley de la jungla, sino que es el texto que otorga legalidad a la Generalitat y a todo el sistema de autogobierno del que surge el ente TV3.
Si quieren ser coherentes, en TV3 deberían dejar de emitir ya al amparo de un marco legal que repudian, y montar una cadena clandestina proindependentista. Igual hasta sube su audiencia.
En cuanto a los que queman libros y hacen autos de fe, son oscurantistas que sólo merecen el mayor de los desprecios.
Si Empar Moliner, indignada, quería discrepar de la sentencia, tenía mil y una maneras de hacerlo; incluso, si tanto le pirra el fuego purificador e iconoclasta, podría haber quemado un papel con la sentencia, a modo de protesta. Y atenerse a las consecuencias. Eso sí sería una buena emulación. Y ya puestos, quemar su DNI y pasaporte; eso sería pura exultación.
De momento, y a la espera de que lo diga el Estado de Derecho, si a Erdogan se le puede llamar en Alemania follacabras, a Moliner habrá que llamarla quemalibros en Cataluña.
Tal vez debería plantearse una nueva y definitiva perfomance: quemarse a lo bonzo con su último libro, de título profético, el día de Sant Jordi, en plan yihadista mártir en alguna paradita de Las Ramblas.
Eso sí que sería indignación, emulación y sublimación.
E igual hasta daría pie a una revolucionaria y multimetafórica primavera catalana indepe.